por los tejidos de vida, los cuerpos y los territorios Venezuela
La historia hegemónica de nuestros pueblos se ha cimentado sobre el concreto del patriarcado que viola nuestros vínculos fundamentales con la vida.
Nuestros territorios han sido expoliados por los extractivismos, que avanzan en nombre del desarrollo y del crecimiento económico poniendo los intereses de unos pocos, convertidxs en élites patriarcales, por delante de nuestras posibilidades de reproducir la vida.
Este sistema de muerte antropocéntrico, colonial y patriarcal ha invisibilizado las luchas de nuestras comunidades y madres y ha colocado a nuestros comunes, nuestros elementos vitales todos: agua, tierras, ríos, minerales, biodiversidad, modos de reexistir y relaciones comunales, en el lugar de objetos al servicio de las economías mundiales haciendo pasar por riquezas utilitarias lo que en concreto constituye la posibilidad de vivir: semillas, saberes, vidas, espiritualidades y ancestralidades hoy homogeneizadas por lógicas neoliberales y de avance de economías de muerte sobre nuestros cuerpos y territorios.
Decimos No, NO es NO.
NO a la mercantilización de la vida
NO a la precarización de nuestra diversidad ecosistémica y política.
NO a la eliminación de las formas de vida ancestrales de nuestros pueblos afrodescendientes, indígenas, campesinxs y comunalidades periféricas, populares afectadas como nunca antes por el avance del capitalismo y el colonialismo patriarcal que apropia, destruye y mata.
Porque para vivir nos queremos a todxs, vidas y comunidades y vemos la justicia como forma integral de transformación para lograr verdadera reparación y sanación.
Nuestras maestras y comunidades nos han dejado el legado de lucha y defensa de la tierra, de Abyayala, que hoy revindicamos en la necesidad de oponernos a la minería, al agronegocio, a las industrias contaminantes de nuestras fuentes de vida y el avance de las fronteras extractivistas en nuestros territorios afectando principalmente a mujeres e infancias, incrementando las diversas formas de violencias. Las violencias ecoterritoriales son también violencias de género; son violencias que atentan contra todas las vidas.
Queremos retejernos.
Ni gobiernos, ni corporaciones, ni imperios, ni modernidad, ni colonialidad, ni racismo sobre nuestros cuerpos y territorios.
¡Porque no hay justicia social y de género, sin justicia ambiental!